“Volver a casa”. Seguramente hemos escuchado y usado esta expresión en muchas ocasiones. Normalmente tiene para nosotros un significado positivo: volver a un lugar seguro, volver a la calidez del hogar, del encuentro con las personas y las “cosas” queridas…
Desgraciadamente, en esta ocasión, para las víctimas de las inundaciones del huracán Eta en Honduras tendrá un significado muy diferente; la vuelta a casa será el momento de encontrarse con la destrucción causada por la inundación: montañas de basura y animales muertos inundan todavía las calles, un espesa capa de lodo cubre por completo el interior y exterior de su vivienda, la gran mayoría de sus muebles y electrodomésticos han quedado dañados o han sido arrastrados por la corriente.
La vuelta a casa no será alegre y cálida, como en otras ocasiones, sino triste y fría, pero millares de familias la están afrontando en estos días en las zonas afectadas en el Valle de Sula, y lo están haciendo con coraje e ilusión, con el deseo de recuperar sus hogares.
La parroquia San Vicente de Paúl, dirigida por los Padres Vicentinos (Paúles), que acompañó a los damnificados cuando estaban desplazados en los cientos de albergues, con comida, medicamentos, agua… y otros productos de primera necesidad, también desea seguir acompañando a los damnificados y apoyándoles en esta segunda fase, con todo aquello que necesitan para limpiar y rehabilitar sus hogares: artículos de limpieza y desinfección, herramientas, etc.
Para hacer esto posible necesitamos seguir contando con la ayuda de tantas personas e instituciones que nos han apoyado desde el primer dia. Esperamos contar también con su apoyo.
Enrique Alagarda, C. M.